Esta noche me desperté y me quedé velando tus sueños. Aquí, a mi lado,
sintiendo tu respiración tan acompasada que me asusta cuando se acopla a mis
propios suspiros.
En la calma de la noche observo como esos ojos que ahora duermen,
provocan miles de sensaciones cuando soy capaz de detectar ese brillo al
mirarme.
A centímetros de distancia siento ese calor que desprendes, ese al que
quiero regresar cada día y que junto con tu olor, tengo grabado a fuego en mi cuerpo
y en mi mente.
El silencio me recuerda como con una simple palabra tuya es capaz de
romperlo a carcajadas entre los dos o
como tus consejos me disipan mis dudas y me hacen confiar más en mí porque las
horas de conversaciones mutuas se vuelven segundos y la eternidad creo que se
me va a quedar corta para disfrutar de ti.
Susurro a tus labios que no me falten nunca pues tus besos son el único
lugar donde puedo perder la noción del tiempo y del que suelo no querer
regresar porque acompañados de esos abrazos me hacen sentir la persona más
fuerte al mismo tiempo que protegida.
En este momento en el que estás tan cerca y a la vez tan lejos, tan
inmóvil que no hace pensar en cómo te mueves al ritmo de la música, te dejas
llevar y me llevas. Es ahora cuando te ofrezco el derecho de permanecer a mi
lado siempre por hacer que sea como soy cuando estoy contigo.
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