domingo, 4 de mayo de 2014

Nos vamos de paseo...

Sentir la libertad de pasear por las calles de esta hermosa ciudad, coincidir con gente o simplemente disfrutar de mis propios pensamientos mientras me dirijo sin rumbo a cualquier lugar.
Pasar de sentir terror ante una moto a emocionarme con su rugido y  sentir como hasta los poros de mi piel sienten la velocidad sobre ella.
Desechar la idea de independencia en solitario por creer que no sería capaz de vivir sólo conmigo misma para descubrir que soy mi mejor compañera y aprender a conocerme como jamás antes lo hice.
Vivir la noche más que el día, aprovechar los pequeños momentos de compañía y soledad, amar por momentos pero tan intensamente como si fuesen años, conducir hasta no poder más, pasar amaneceres en otras direcciones y mantener conversaciones trascendentales en lugares inhóspitos.
Pensar demasiadas veces antes de actuar no da iguales resultados que actuar según los instintos más rápidos pues los viajes que surgen sin planearse son los que mejor resultan y gozarse de caprichos es un lujo.
Los cambios pueden asustar pero debemos saber manejarlos para reinventarnos.


Yo lo hice, cambié, lo sé, pero ahora soy quien realmente siempre quise ser…

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